General El coco es un alimento sumamente peligroso.
Aviso: Los datos que aporto aquí son simplemente mi experiencia. Ni se os ocurra automedicaros ni tomar decisiones sin la supervisión de un profesional médico
[attachment=325:denta.jpg]
(imagen real de una radiografía de mi dentadura a fecha de 29 de marzo. Las zonas claras son empastes o prótesis)
No es la primera vez que hablo de dentistas. Pero lo que pasé esta semana fue delicado.
El caso es que en una de las muelas de la mandívula superior izquierda, se me realizó una endodoncia (creo que se llama así a matar el nervio) hace cosa de unos 12-15 meses, cuando aún estaba en España. Lo bueno de las endodoncias es que esa muela ya no te vuelve a doler, aunque también tiene el punto negativo de que ya no tiene vitalidad y básicamente pasa a ser un "apéndice" que sirve para seguir masticando.
Cuando me lo hicieron, al cabo de unas semanas noté que tenía un poco de presión en esa zona pero no le di importancia. Pasaron las semanas, y seguía habiendo un poco de presión. No me dolía ni nada, era casi algo que sólo se notaba si hacía un poco de presión sobre esa zona de la cara.
Pasaron los meses, y todo igual. En una de mis últimas visitas al dentista, esta vez en Sydney, me hizo una radiografía y me dijo que a veces las endodoncias necesitan un segundo tratamiento y que seguramente me lo debería hacer... Esto fue para noviembre, pero como aquí el dentista cuesta aproximadamente el doble que en España, lo aplazé.
Sin problemas. Todo normal.
Pues bien, el otro día compré un coco. Vaya frase. "El otro día compré un coco".
Por cierto, que estuve leyendo en las instrucciones que si haces un pequeño orificio por los puntos blandos que llevan los cocos y luego lo pones en el horno durante 10 minutos, cuando lo abres, te sale entero y sin necesidad de volverte loco para pelar la piel.
Bueno, pues eso, que me lo estuve comiendo, como es lógico.
En una de éstas, mordí con la susodicha muela y sentí un dolor terriblemente agudo. En una escale del 1 al 100, yo diría que 90. Me temí que iba a tener repercusiones...
Al cabo de 2 días se me había inflamado. Algo preocupado, comencé a buscar mis reservas de Rodogyl (una penicilina antibacteriana que siempre me ha ido muy bien para las inflamaciones de muelas. Antes lo vendían en farmacias sin prescripción facultativa, ahora ya no...). Desgraciadamente sólo me quedaban 4 pastillas, es decir, que no podía comenzar a tomarlo porque los tratamientos con penicilia han de hacerse durante periodos que suelen durar una semana y además deben estar recetados por un médico.
Fui al médico y le expliqué el caso y le pedí que me recomendara amoxicilina, puesto que siempre me había ido muy bien. (aquí no hay rodogyl, pero el ingrediente básico, que es la amoxicilina, sí). Por cierto, que hay gente que es alérgica a la amoxicilina y es muy peligroso. En mi familia hay un caso.
Bueno, pues eso, me recetó Maxamox (que casi es amoxicilina pura) y Flagyl (basado en metronizadole, que no tengo ni idea qué es).
Curiosamente, muchos medicamentos que venden en Australia no llevan la hojita con la información esencial del medicamento. Lo miré luego por internet y el susodicho Flagyl, en experimentos con ratas de laboratorio, provoca cáncer en dosis altas y continuadas. Da un poco de miedo, ¿no? En cualquier caso otro médico me confirmó que era el mejor tratamiento, la acción combinada de esos 2 medicamentos.
Tras 48 horas de tratamiento, la inflamación iba a más y comenzaba a ser preocupante. El lado izquierdo de la cara se me había hinchado bastante y notaba mucha presión.
A estas alturas, ni se me había pasado acudir a un dentista porque pensaba que cuando tienes una infección dental, no pueden hacer nada y sólo se puede aguardar los efectos de los medicamentos. Además era viernes, y lo lógico era esperar hasta el lunes porque los dentistas no suelen currar los fines de semana, como es lógico, y los que lo hacen cobran el correspondiente plus...
El caso es que volví a ir al médico, y me aconsejó que me hiciera una radiografía y que pidiera cita con el dentista.
Así lo hice y conseguí cita con un dentista para el sábado por la mañana.
Mientras, por internet, estuve leyendo que las infecciones dentales pueden ser bastante serias cuando hay hinchazón, y hay que tratarlas rápidamente. Me sorprendió mucho que uno de los tratamientos recomendados, aparte de la penicilina, es el drenaje de la infección, o en otras palabras, "abrir" la infección y drenar el pus. Esto sí que suena "crudo" eh!
Contrasté la información con otras páginas profesionales y efectivamente era lo que recomendaban, porque de lo contrario la infección se puede extender a otras zonas, y puede llegar a ser una situación crítica, en plan "capítulo de house".
Así las cosas, el sábado por la mañana fui al dentista y sin que yo le dijera nada me sugirió realizar el drenaje. Lo hizo, dolió un poco a pesar de la anestesia, la verdad, pero en plazas más duras hemos toreado, ¿o no?.
Me dijo que si la infección iba remitiendo, todo bien. Si empeoraba, tendría que ir al hospital para ser tratado con penicilina más fuerte.
Al cabo de 24 horas, los efectos de la penicilina, ahora sí, ya se notaban, y la inflamación comenzaba a remitir.
48 horas después, todo progresaba favorablemente.
El motivo fundamental de esta entrada en el blog es reflexionar sobre la ignorancia, que es mala consejera, y hay un mito (al menos yo siempre había pensado eso) de que una infección dental no debe tocarse nunca y dejar que la penicilina haga su trabajo, pero en este caso vemos que el no abrirla y drenarla podría ser más peligroso aún...
¡Cuidado con el coco!
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(imagen real de una radiografía de mi dentadura a fecha de 29 de marzo. Las zonas claras son empastes o prótesis)
No es la primera vez que hablo de dentistas. Pero lo que pasé esta semana fue delicado.
El caso es que en una de las muelas de la mandívula superior izquierda, se me realizó una endodoncia (creo que se llama así a matar el nervio) hace cosa de unos 12-15 meses, cuando aún estaba en España. Lo bueno de las endodoncias es que esa muela ya no te vuelve a doler, aunque también tiene el punto negativo de que ya no tiene vitalidad y básicamente pasa a ser un "apéndice" que sirve para seguir masticando.
Cuando me lo hicieron, al cabo de unas semanas noté que tenía un poco de presión en esa zona pero no le di importancia. Pasaron las semanas, y seguía habiendo un poco de presión. No me dolía ni nada, era casi algo que sólo se notaba si hacía un poco de presión sobre esa zona de la cara.
Pasaron los meses, y todo igual. En una de mis últimas visitas al dentista, esta vez en Sydney, me hizo una radiografía y me dijo que a veces las endodoncias necesitan un segundo tratamiento y que seguramente me lo debería hacer... Esto fue para noviembre, pero como aquí el dentista cuesta aproximadamente el doble que en España, lo aplazé.
Sin problemas. Todo normal.
Pues bien, el otro día compré un coco. Vaya frase. "El otro día compré un coco".


Bueno, pues eso, que me lo estuve comiendo, como es lógico.

En una de éstas, mordí con la susodicha muela y sentí un dolor terriblemente agudo. En una escale del 1 al 100, yo diría que 90. Me temí que iba a tener repercusiones...
Al cabo de 2 días se me había inflamado. Algo preocupado, comencé a buscar mis reservas de Rodogyl (una penicilina antibacteriana que siempre me ha ido muy bien para las inflamaciones de muelas. Antes lo vendían en farmacias sin prescripción facultativa, ahora ya no...). Desgraciadamente sólo me quedaban 4 pastillas, es decir, que no podía comenzar a tomarlo porque los tratamientos con penicilia han de hacerse durante periodos que suelen durar una semana y además deben estar recetados por un médico.
Fui al médico y le expliqué el caso y le pedí que me recomendara amoxicilina, puesto que siempre me había ido muy bien. (aquí no hay rodogyl, pero el ingrediente básico, que es la amoxicilina, sí). Por cierto, que hay gente que es alérgica a la amoxicilina y es muy peligroso. En mi familia hay un caso.
Bueno, pues eso, me recetó Maxamox (que casi es amoxicilina pura) y Flagyl (basado en metronizadole, que no tengo ni idea qué es).
Curiosamente, muchos medicamentos que venden en Australia no llevan la hojita con la información esencial del medicamento. Lo miré luego por internet y el susodicho Flagyl, en experimentos con ratas de laboratorio, provoca cáncer en dosis altas y continuadas. Da un poco de miedo, ¿no? En cualquier caso otro médico me confirmó que era el mejor tratamiento, la acción combinada de esos 2 medicamentos.
Tras 48 horas de tratamiento, la inflamación iba a más y comenzaba a ser preocupante. El lado izquierdo de la cara se me había hinchado bastante y notaba mucha presión.
A estas alturas, ni se me había pasado acudir a un dentista porque pensaba que cuando tienes una infección dental, no pueden hacer nada y sólo se puede aguardar los efectos de los medicamentos. Además era viernes, y lo lógico era esperar hasta el lunes porque los dentistas no suelen currar los fines de semana, como es lógico, y los que lo hacen cobran el correspondiente plus...
El caso es que volví a ir al médico, y me aconsejó que me hiciera una radiografía y que pidiera cita con el dentista.
Así lo hice y conseguí cita con un dentista para el sábado por la mañana.
Mientras, por internet, estuve leyendo que las infecciones dentales pueden ser bastante serias cuando hay hinchazón, y hay que tratarlas rápidamente. Me sorprendió mucho que uno de los tratamientos recomendados, aparte de la penicilina, es el drenaje de la infección, o en otras palabras, "abrir" la infección y drenar el pus. Esto sí que suena "crudo" eh!

Contrasté la información con otras páginas profesionales y efectivamente era lo que recomendaban, porque de lo contrario la infección se puede extender a otras zonas, y puede llegar a ser una situación crítica, en plan "capítulo de house".
Así las cosas, el sábado por la mañana fui al dentista y sin que yo le dijera nada me sugirió realizar el drenaje. Lo hizo, dolió un poco a pesar de la anestesia, la verdad, pero en plazas más duras hemos toreado, ¿o no?.

Me dijo que si la infección iba remitiendo, todo bien. Si empeoraba, tendría que ir al hospital para ser tratado con penicilina más fuerte.
Al cabo de 24 horas, los efectos de la penicilina, ahora sí, ya se notaban, y la inflamación comenzaba a remitir.

48 horas después, todo progresaba favorablemente.
El motivo fundamental de esta entrada en el blog es reflexionar sobre la ignorancia, que es mala consejera, y hay un mito (al menos yo siempre había pensado eso) de que una infección dental no debe tocarse nunca y dejar que la penicilina haga su trabajo, pero en este caso vemos que el no abrirla y drenarla podría ser más peligroso aún...
¡Cuidado con el coco!

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